La fuerza centrifuga
del tiempo
no tiene piedad
Menudo Infante
Cuando bordaba el futuro
con palabras de orfebre
Una corona
Para mi madre
Todo para ti
Madre mía
Tomaba tus manos tibias
Entre las mías
Y las besaba
entorno a nosotros giraban
Sortilegios
también los oscuros
Presagios
Adoquines del mármol
mas reluciente
Serian los caminos
Hasta los
amaneceres
Hilados en oro
fulminaríamos a la bestia de sombras
evaporaríamos incluso a la miseria
que nos miraba tamborileando
Sobre la mesa ....
Mas las palabras cenicientas
las arrastro el viento
en girones circulares
Hasta perderse en la negrura
Monotonía de días
apilados y sin etiquetar
Perdidos por siempre
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