Te ponemos de rodillas Y Arrancamos con las uñas las costras en tus heridas para que no sequen para que tu sangre nos siga alimentando esta pena circular que te levanta por los aires y te vuelve verso bronce leche.
En apariencia Todo iba bien Pero una pregunta Sin contestar Fue lo que Finalmente Me puso Arriba En el borde
de la azotea.
Sentado en paz y silencio imagino que podría ser perfectamente la corteza del sauce Que de su sombra aprovecho Hundidos los pies en el agua, bebo Felizmente Conforme con el correr del viento entre mis cabellos verdes.