martes, 31 de agosto de 2010

Yo que ame los rastros del oro entre los árboles
abrí los ojos un día auto flagelado frente al espejo
no reconocí el reflejo sanguíneo en mis ojos
ni mi mano presta a empuñar el machete de hielo .
Enfundado en mi garganta iban los días, siempre los días
Diseccionados y empacados
En un álbum de bostezos e insectos desesperados
Y esa maldita musiquilla de vidrios lijados
Que chirreaba la nostalgia
la nostalgia entre los dientes
y bajo la lengua amarillenta se quedaban las palabras
envueltas en membranas
se secaban y morian.

viernes, 20 de agosto de 2010

La piel se me ha vuelto de cartón
de tanto caminar bajo el sol que fríe mis ideas
de nocturnas caminatas mas alla del ombligo y los bosques rizados

Bajo el mantel, voy por ella
que tan hábil ha tejido una túnica
de telarañas y muerte solo para ocultar sus pechos pequeños y el vientre.

Mas sigo rodando tras ella
cual piedra cuesta abajo desplumado y sangrate
pretendo cubrirme de patéticas ausencias
con una carpeta vacía bajo el brazo
cubro mi pecho aparente, vacio enclenque
lleno del viento y su congoja.