Hemos derrumbado
Nuestro palacio
Más de tres veces
Hemos caminado
Cada cual su camino
Pero siempre nos
Encontrábamos en la curva
Del horizonte
Antes de morir en el mar
Será esta la última vez?
Abandonaremos nuestras ruinas finalmente?
El perdón es una rosa blanca
Sobre el pecho de nuestros Muertos
labios de mármol
Arden invisibles y estáticos
A nuestros ojos
vivir no es ir por el camino espacioso
ni el angosto
vivir es mas bien cosa de
equilibrarse sobre el filo de un sable
sin fin
y caer,
inexorablemte caer
para ser absorvido
en uno de los vortices
de este oceano de lagrimas insondables
y carente de orillas.