Yo que ame los rastros del oro entre los árbolesabrí los ojos un día auto flagelado frente al espejo
no reconocí el reflejo sanguíneo en mis ojos
ni mi mano presta a empuñar el machete de hielo .
Enfundado en mi garganta iban los días, siempre los días
Diseccionados y empacados
En un álbum de bostezos e insectos desesperados
Y esa maldita musiquilla de vidrios lijados
Que chirreaba la nostalgia
Diseccionados y empacados
En un álbum de bostezos e insectos desesperados
Y esa maldita musiquilla de vidrios lijados
Que chirreaba la nostalgia
la nostalgia entre los dientes
y bajo la lengua amarillenta se quedaban las palabras
envueltas en membranas
se secaban y morian.