viernes, 19 de junio de 2009

Yo era aquel niño que espiaba tras el vidrio




Yo era aquel niño que espiaba tras el vidrio
el baile carnal de tu vestido junto al viento.

Virgen y descalza llegabas hasta mis ojos miopes.
Yo te acechaba oculto entre la sombra alambrada.

cruzaste mi cielo
relámpago cifrado.
Lanzaste al terciopelo del infinito
las cartas de la fortuna y desafortuna.
De puño y letra
gotas de agua
escribieron mi nombre en el granito.
la hoja de ruta
hasta el ultimo parpadeo
en mi sangre.

Ahora los años,
me han tejido mi primera camisa de hojas secas,
y mi grito de triunfo
muta de la farsa ridícula
a la tristeza anacronica

créeme que lo daría todo,
por no oir el chirrido de uñas
de la nada que se me acerca.

trato de escapar
en idas y vueltas por túneles que se retuercen
dentro de mi pecho húmedo y vacío,
Túneles cavados desde algun principio,
por millares de manos antes,
en riadas de despreciadas historias
rotas y vueltas a romper hasta lo eterno
haciendo eco en mi aunque no lo quiera,
¡golpeo mi cabeza!
con el afán de no oír.

Ahora que he descubierto,
este raro talento
para añorar cosas que antes tragaba insípidas,
deceo arrancar tu racimo de uvas negras,
desde tu pecho alto y de marmol
deseo morder tu piel con furia
debo conformarme con la ilusion
de mis manos con brazas
aferradas a tu cintura de cera.

1 comentario:

Ana dijo...

Ufff que furioso poema...pero hermoso a la vez...Siempre tengo que leer mas de una vez para poder entender el sentido, la verdad es que siempre me ha sucedido con la poesía, como que mi cabeza tan racional para algunas cosas, no está preparada para las abstracciones...Muchos saludos y felicitaciones (pronto se viene Tom Jones en mi blog)